lunes, 17 de noviembre de 2008

El gigante se despierta


El gigante se llama Gregory... y sí, parece que está desperezándose... Cuidado.

El año pasado no disputó un solo minuto en la temporada al lesionarse gravemente en su rodilla derecha, justo después de perderse casi toda la liga de verano por una operación de anginas... tras jugar casi todo su primer y único año universitario con la mano derecha (la buena) rota... ¿De cristal? No lo sé, es posible, el miedo a otro Sam Bowie ronda las cabezas de los nbadianos, pero... cuidado.

Este año comenzó con un esguince de tobillo a los 15 minutos del salto inicial del primer partido y más alarmas.

Pero estamos hablando de un portento de la naturaleza, con una fuerza de voluntad mucho mayor de lo que la gente se cree. Sí que se le veía retraído y algo nervioso en su primer partido oficial (tras un año de espera y los focos de todo el mundo del baloncesto apuntando lo veo de lo más normal), incluso en los primeros minutos de su siguiente encuentro (que finalizó con 10 puntos y 10 rebotes en 20 minutos)...

Entonces llegó Minnesota y el gigante se despertó, no como una mole imparable de músculo y agresividad, lo hizo con tranquilidad, sin creerse el amo del mundo, sino como un jugador con mucho que aprender que tiene que ganarse el respeto de compañeros y rivales, con calma, con constancia, como un martillo pilón.

Y dió el primer paso, uno hacia delante, de sacudirse, un paso de "estoy llegando". Un paso que da miedo por lo grande que puede ser el siguiente... El que así sea sólo lo puede impedir la mala suerte (que de esa hay mucha suelta).

Al final el gigante se despertó... y ahora está hambriento... cuidado.

martes, 11 de noviembre de 2008

Porque yo lo valgo


Sí chaval, porque tú lo vales... Y porque sin ti jugándote todos los tiros es más que probable que tu equipo pierda.
Es increíble la cantidad de jugadores de baloncesto que piensan así... y en la NBA, más.
Lo que llama la atención es que todos los entrenadores tienen en su equipo un jugador al menos al que se lo permiten absolutamente todo... supongo que para excusarse y tapar sus carencias (o descansar las meninges... que 82 partidos son un montón de ellos)... y, porque si no miman a su estrella... "estás despedido macho".
Lo curioso del caso es que muchas veces hacen "hombradas"... despues de provocar ellos mismos un desaguisado tremendo. Y a eso lo llaman "épica"... ya ves.

Ejemplos los tenemos en todos los equipos, pero quizás el que más se note, es el caso de Kobe en los Lakers.
Los Lakers empiezan los partidos como una locomotora, es showtime puro. Y eso sucede porque juegan rápido, en equipo, buscando al jugador libre, y moviendo a la defensa de un lado a otro... y porque Kobe pasa la pelota y apenas tira. Perfecto. Si todo siguiera así durante todo el partido batirían todos los records... Pero...
Pero existe la estrella y existe su ego.
¿Dónde están mis veinte tiros por partido? ¿dónde mis pósters? ¿y los highlights en la ESPN? ¿las camisetas con mi nombre? ¿los contratos publicitarios?... Del campeonato no hablamos hasta dentro de unos meses... o unos años... que no hay prisa.
Y el equipo deja de existir y empieza la caraja... aclarados de 1 contra 5, tiros mal escogidos y, generalmente, remontada del equipo contrario. Y la pescadilla se muerde la cola, es decir "ésto sólo lo arreglo yo"... más malos tiros, más aplatanamiento del resto del equipo y empieza la "épica"... y es una moneda al aire, puedes ganar o perder, pero al menos el ego se sacia. Ñam, ñam.

En los Lakers tienen a Kobe Bryant, en Portland tenemos a Brandon Roy... porque él lo vale.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

El entrenador, las estrellas y los buenos de verdad


Mi idea era enfocar la entrada de hoy de otra manera. La intención que tenía minutos antes de ponerme delante del ordenador era ofrecer mi visión general sobre los equipos en esta nueva temporada (algo tarde...), pero es que hay cosas que siempre me llevan al encoraginamiento... que se le va a hacer. Y es que me asombra la velocidad en la que siempre se aupa o se defenestra a un deportista o a una entidad deportiva sólo por un partido o por un inicio irregular de campaña. El ser humano es la leche, pero eso lo sabemos muy bien los seres humanos.


Todo esto viene a colación por la rapidez con la muchos de los aficionados de los Blazers han perdido la fe en que su equipo hiciera este año cosas importantes. Se autoconvencieron de que serían casi invencibles (ayudados por los pronósticos de los más importantes analistas, que les colocaban entre la cuarta y sexta posición en la Conferencia Oeste), y tres baches en los cuatro primeros partidos les ha cambiado la cara. Sólo hay que entrar en los foros de seguidores para ver que la nueva lesión de la bestia parda que es Oden ha bajado muchos brazos. ¡Hay incluso gente que pide un traspaso de su buque insignia, Brandon Roy (todo un pedazo de jugador)!... Aunque de esto último tiene la "culpa" el gran comienzo de nuestro compatriota Rudy Fernandez.

Ni tanto ni tan calvo.

Lo que uno saca en claro de este inicio de temporada de los "abrerrutas" es que, además de que la baja de Oden les ha restado potencia en la pintura y no tienen otro jugador a quien darle el balón bajo canasta (Aldridge y Frye son unos aguerridos aleros de 7 pies... blanditos y Pryzbilla es ciego en ataque), existe una falta grave de juego colectivo en momentos puntuales e importantes de los partidos.
Está claro que Roy no pasa por su mejor momento (no hay que olvidar que se le reparó el menisco un mes antes de iniciar la pretemporada) y que Aldridge sigue sin enterarse de que tiene que pelearse un poquito en la zona (sólo contra Utah, esta madrugada, le he visto jugar de poste y acercarse a canasta para tirar, en lugar de los fadeaways constantes de los 3 primeros choques). Otra cosa que me gustaría comentar de Aldridge es que está empezando a dejar ver ciertas cosas que hicieron caer en desgracia al díscolo Zach Randolph temporadas atrás... y es que, balón que llega a sus manos, balón que vuela a canasta.

Pero que las figuras no tiren del carro no justifica del todo este comienzo. El entrenador tendría mucho que explicar al respecto.

Siempre he considerado a McMillan un entrenador del montón al que la fama de sargento le sirve para hacer creer que tiene todo controlado. Sólo hay que ver un partido como el de ayer para darse cuenta de que no es capaz de reaccionar con celeridad y precisión cuando las cosas empiezan a torcerse, confiando en exceso en que los jugadores salgan solitos del lío... y un entrenador, a mi modo de ver, no es eso. Dejando fuera el que Sergio juegue o no más minutos (el canario tiene tal lío mental que ha dejado de ser el que fue para conventirse en un jugador gris, sin la chispa que le hizo llegar a la NBA) y que a Rudy no le den un balón (Roy parece celoso del trato que le dispensa su afición al español); lo que yo veo que falta por pulir en este equipo es que en el quinteto inicial se juegue o se intente jugar en equipo (la acertada, por fin, inclusión del francés Batum con los titulares ha cohesionado el cinco) y que la "segunda unidad" sea de patio de colegio, cada uno haciendo la guerra por su cuenta y balón que cojo balón que me juego (casi todos esos balones acaban siendo melones, por supuesto). Todo con el beneplácito de McMillan (todavía recuerdo como el año pasado le dijo a Outlaw-"lider" de la "segunda unidad" que tenía patente de corso para tirarse todo lo que quisiera... lamentable para un entrenador profesional, sobre todo confiando en un jugador unidimensional y supravalorado).

Con todo y con esto confío en que se enderece un poco el rumbo. Y todo pasará porque Roy esté al 100% físicamente y centrado, porque Aldridge sea más agresivo, porque Oden vuelva pronto con 15 kilos menos, sin miedo y con ganas de comerse el mundo, porque el resto del equipo se de cuenta que Rudy puede ganar él solito unos cuantos partidos... y porque Martell Webster (del que no he hablado nada, pero creo que es el pegamento perfecto para el quinteto titular, siempre que esté Oden o que LaMarcus se pegué en la pintura... puede ser todo un "killer" desde detrás del arco) vuelva con confianza tras su lesión en el pie... Y sobre todo, porque McMillan ponga en práctica lo que aprendió este verano de Mike D´Antoni en Pekín (experiencia que él mismo comentó que le había hecho crecer como entrenador)... veremos si es verdad.

El principio del principio


Y el principio del principio ocurrió hace casi 23 años con unos dibujos a mano alzada de mitos como Olajuwon, Jabbar, Magic, Bird... y una camiseta con el número 22 de los Trailblazers de Portland. El amor por el baloncesto siempre estuvo allí, pero esa camiseta me convirtió en adicto y en fiel seguidor de una liga (la NBA) y de un equipo (Portland Trailblazers). Luego llegaron Fernando Martín y "Cerca de las estrellas" con el gigante Trecet; noches en vela de All Stars y Finales, el genial Petrovic y el soberbio Sabonis... Drexler siempre estuvo ahí.
Han pasado los años y sigo enganchado a esto de la NBA más si cabe que el primer día; por lo que casi me he visto abocado a escribir un poquillo sobre el tema, aunque eso sí, con un enfoque, llamémosle, partidista, uséase, desde el prisma de un fanático seguidor del equipo de los "abrerrutas".
Y como esto no ha sido más que una pseudo-presentación y una pseudo-declaración de intenciones que no conducen a nada... me voy rápidamente a terminar esta entradilla para meterme en harina de una vez...